jueves, 18 de octubre de 2012

Sobre la Agenda del Consumidor Europeo


El pasado 10 de julio, la Comisión de Mercado Interior y Protección a los Consumidores me encargó la redacción del informe relativo a la Comunicación de la Comisión Europea sobre "Una Agenda del Consumidor Europeo para impulsar la confianza y el crecimiento". Según el calendario parlamentario establecido, el pasado 11 de octubre presenté ante la Comisión de Mercado Interior mi primera visión sobre dicho informe.

La Agenda del Consumidor Europeo determinará las principales medidas que se necesitan en la actualidad para mejorar la capacidad de los  consumidores en los mercados, a veces frente a ellos,  y mejorar su confianza.

Se cuenta con iniciativas anteriores como el Informe sobre la Ciudadanía de la UE, el Acta del Mercado Único, la Agenda Digital para Europa, la Comunicación sobre el comercio electrónico y la Hoja de ruta sobre la eficiencia en el uso de los recursos. La Agenda que vamos a elaborar  complementa estas iniciativas y otras similares.  En el campo de la investigación y la innovación, la Agenda se inspira en algunos aspectos del programa Horizonte 2020 en lo que se refiere al comportamiento de los consumidores en temas como la salud o la seguridad.

La situación de crisis actual afecta a los consumidores en cuanto a la confianza en el propio sistema y ello se convierte en factor de freno del crecimiento. Se contrae la capacidad de consumo como consecuencia del aumento de la precariedad laboral y del paro, la pérdida de poder adquisitivo y la reducción del ahorro privado. Todo ello influye igualmente en el aumento de las desigualdades y el cambio de los hábitos de consumo.

Habrá que idear maneras de superar esta situación contemplando, entre otras, las siguientes consideraciones: 1) la trazabilidad y la información sobre los productos; las condiciones sociales en las que se producen (sostenibilidad medioambiental y social, libertad sindical, trabajo decente); 2) el hecho de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) puede interferir sobre las decisiones de la Unión Europea. Conviene señalar que la regulación de los mercados internacionales de bienes y servicios está por encima de la UE; 3) la crisis del sistema financiero y la repercusión negativa de algunos productos financieros sobre los consumidores (en el caso español los daños producidos por las participaciones preferentes y las cuotas participativas). 

Serán aspectos fundamentales a considerar los que tienen que ver con la salud y la educación.

Si deseáis seguir este proceso legislativo lo podéis hacer  aquí.

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